Estas son alguna de las creencias más difundidas entre los manatieros de todos los tiempos
Cuando un perro ladra en la noche sin motivo aparente es porque está viendo a un muerto. Ahora que si el perro está ladrando cerca a un sitio como por ejemplo el callejón de los meaos, entonces usted puede estar seguro, no es un muerto lo que está viendo. Es una creencia generalizada que los perros pueden percibir cosas que los humanos no, por lo menos a nivel auditivo si pueden hacerlo. Está comprobado que los perros pueden escuchar sonidos emitidos en frecuencias que son imperceptibles al oído humano, que algunos de esos sonidos provengan del más allá si no se ha probado, por lo menos no hasta ahora.
En nuestro pueblo cuando un burro rebuznaba, todos, por lo menos los niños y adolescentes, corríamos a subirnos encima de lo que fuera (silla, mesa, cama, etc.) ¿La razón? Creíamos que si el rebuznar del burro nos sorprendía pisando suelo entonces nos iba a coger la vejez. Se acuerdan del grito: LA VEJEZ, LA VEJEZ, TE COGE LA VEJEZ. A algunos ya nos cogió y no fue precisamente por el rebuzne del burro, ¿sería acaso que lo que nos cogió fueron los años? ¿LOS AÑOS? ¿Qué es eso?
Un cigarrón volando persistentemente en el patio o dentro de la casa tenía un significado relativamente moderno, algunos decían que ya iba a llegar la mensualidad de Estados Unidos o Venezuela. Ahora ya deberiamos incluir a Panamá y España en el grupo.
En Manatí se creía (algunas personas lo creen todavía)
que si llovía el día que se enterraba una persona, significaba
que esa persona había sido buena gente; entre más torrencial
el aguacero, mas bondadosa había sido la persona. Esto no
es justo, en Manatí hay veranos muy largos.
En Manatí creemos todavía que si nos rasca la mano es porque nos va a llegar dinero. Primero asegúrese que si le rasca no es por un salpullido, una alergia o porque nos pico algún animal. Ahora si no es nada de esto y usted tiene la rasquiña entonces que ojala sea en la mano izquierda porque si es la mano derecha entonces el dinero no le va a entrar, por el contrario, va a salir. Aunque diferenciar entre la mano izquierda o derecha no ha sido parte de la creencia entre los manatieros que asumimos que sea cual sea la mano el dinero va a llegar, si lo es en muchas otras partes de Colombia e incluso del mundo donde aunque no lo crean, también tienen esta creencia.
Se creía que si alguien se bañaba el viernes santo
a las doce del día, una gota de sangre le iba a salir en la frente,
según esta creencia la gota de sangre nunca se secaría.
En Manatí se creía que el alumbre o piedra lumbre servía para hacer pasar a una mujer que había perdido su virginidad como virgen. Esto viene de las recetas de las abuelas que usaban la piedra lumbre en el área vaginal después de un parto para aliviar o reducir un poco las molestias causadas por este. ¿no sería más efectivo una botella de ron?
Una araña en la puerta (esta tenía que estar abierta) significaba que una visita venia encamino. Las visitas también eran anunciadas según nuestras creencias por un cigarrón volando dentro de la casa (sino era plata claro), por una mosca también volando insistentemente dentro de la casa y por último por la caída de un tenedor.
Si las señales anteriores fueron ciertas y la visita efectivamente llegó pero es de esas indeseables, entonces se recurre a otra creencia: voltear una escoba detrás de la puerta para que la visita indeseable se vaya. Esto al parecer tiene que ver con la supuesta idea de que las brujas al ver la escoba en esta posición supuestamente no pueden resistir la tentación de salir volando. Se supone que inconscientemente a la visita indeseada le produzca la misma sensación.
De niños a algunos nos hacían creer que si se caía
la bolita del acueducto, se acaba la bolita del mundo. O sea, si se
caía la esfera, o la bola que estaba (está) encima de
la tapa del tanque del acueducto de Manatí, el mundo se iba a
acabar. Menos mal nunca se ha caído. ¡Qué Susto!
No sólo en Manatí si no en muchos otros sitios, si uno tenía la suerte o mala suerte en este caso de tener manchas blancas en las uñas, entonces uno era, y sin derecho a renegar, un mentiroso. Eso es embuste